Hace 12 años me di cuenta de que podría ganarme la vida haciendo fotos, y después de casarme, alcancé un nivel de comprensión sobre esta etapa de la vida, que me envalentonó a dedicarme a ello. Fue entonces cuando descubrí a Fran Russo. Un charlatán. Eso es lo que decían de él continuamente. Alguien que vendía (si es que vendía tanto) porque engañaba a la gente. Esa es la crítica de la competencia mas feroz, la crítica de las personas que no comprendían cómo él hacía fácil lo que para otras personas era un auténtico sufrimiento.
No creo que haya sector en el que la guerra de precios no esté presente, siempre hay alguien que lo hace a un euro más barato. Entonces es cuando entra en juego tu carisma, tu visión. Para muchas personas era incomprensible cómo las parejas se dejaban embaucar para hacer un trabajo sencillo, carente de técnica, de inversión tecnológica y tiempo.
Yo fui a un seminario de Fran Russo. Me daba vergüenza reconocerlo porque lo primero que te preguntaban era: “¿Y cuánto te ha soplado?” O “¿Cuánto te has gastado en esa mierda?”. Así de cruel es la competencia. Y a la vuelta del seminario todo era: “Bueno ¿qué? ¿Te ha revelado algún secreto?”.
Durante un tiempo pensé que quizá si me había tomado el pelo, lo reconozco. He virado mi postura respecto a ese seminario mucho con el tiempo. Pero voy a ir a lo que pasó en realidad.
En realidad me dejé las bodas, con lo cual no soy una fotógrafa de bodas de éxito, porque simplemente, no soy fotógrafa de bodas.
Cuando volví del seminario, al que fui enferma y no estaba en mi ciudad, organicé un boda entera por mi cuenta, donde hice las fotos más bonitas de mi vida. A las dos semanas del seminario tenía la boda colgada en mi blog, con una media de 30 personas conectadas en tiempo real durante varios días. Esa boda se publicó en una revista de bodas, y me salió una boda en Madrid que no dudó en contratarme a mi aunque yo fuera de Valencia.

Es decir. A los 30 días la inversión se recuperó y gané dinero.
Entendí lo que es trabajártelo, y cómo funcionan las cosas en internet.
Comprendí que no hay excusa, que no si no hay boda, te la inventas.
Que las colaboraciones son clave
Y que tu tienes el poder, y debes confiar
Luego, se me olvidó.
Hoy, que Fran Russo no está, me avergüenzo de haberme callado en muchas ocasiones mi opinión por impopular. Me apena no haber entendido hasta pasado el tiempo que el seminario de Fran Russo fue una patada en culo de 800€ que me motivó a arrancar, que tuve una muy buena salida y luego volví a las dinámicas contaminadas de siempre.
El seminario de Fran Russo fue de mentalidad. Hoy se entiende mejor que entonces. Nos hablaba de leads cualificados. Nos hablaba de poner en valor tu trabajo, de que no tienes que avergonzarte por ganar dinero. Y de que puedes ser un hierbas, y hablar de la vida mas allá y cobrar por tu trabajo como te mereces.
Hubo un post en su blog con fotos de sus vacaciones con su ex-mujer que me cambió radicalemente la forma en la que yo hacía fotos en general. Siento no poder compartirlo porque ya no está en su web, me hubiera encantado verlo. Fran Russo es la razón de escribir posts personales, la razón por la que escribo posts personales, la razón por la que me fijo en pequeños detalles, la razón por la que me gusta viajar con poco equipaje, y me apena mucho no habérselo dicho en vida.
Por cierto. Me apropié de su firma. Y la uso en cada uno de mis correos.
Nosotros somos la suma de las personas que nos inspiran, así que terminaré este post diciendo:
Besos de colores Fran.
