De mirar la vida tras un cristal a facturar seis cifras sin salir de casa
Hace unos años era esa persona que miraba por la ventana de la oficina contando las horas para volver a casa, deseando dedicar mi energía a algo que me perteneciera de verdad.
Hoy gestiono un negocio digital sin moverme del salón, rodeada de mi perro y mis gatos, y con una agenda que por fin obedece a mi vida (no al revés).
No fue un golpe de suerte ni un curso milagroso; fueron cinco zancadas muy concretas que, una tras otra, desataron un efecto dominó
En este episodio te hablo de
- La decisión que silenció el “hacer de todo” y me dio un foco brutal.
- El cambio que convirtió mi conocimiento en un imán para clientes, sin pasar más horas en redes.
- El giro mental que me hizo dejar de buscar el cómo y empezar a moverme con lo que ya tenía
Voy a adelantarte algo: alguno de ellos podría ser justo el empujón que necesitas ahora mismo.
Dale al play y comprueba qué pieza encaja en tu propio puzzle.